Si nos detuviéramos a pensar en lo que los demás piensan o dicen de nosotros seguramente no podríamos avanzar hacia nuestras metas, pero un hecho real que debe ser tomado en cuenta es  recordar que vale mucho mas el buen nombre que las muchas riquezas.

Para nosotros lo mas importante debe ser saber quienes somos para Dios. 

Lamentablemente para el mundo que nos rodea no somos un billete de $ 100.00 y por mucho que nos esforcemos jamas podremos caerle bien a todos, siempre habrá envidias, rivalidades, celos, intrigas entre otras muchas cosas. Pero no importa lo que a nuestras espaldas se rumoree de nosotros, es nuestro deber intentar cada día vivir de acuerdo a lo que nuestro Dios nos ha enseñado, y si le agradamos a El, quiere decir que le agradaremos a los que tengamos cerca, aunque es de sabios reconocer que la gracias de Dios sobre la vida de sus hijos  genera envidias, basta con mencionar a Jose y su túnica de colores.  No olvidemos que TODOS los que nos rodean prestaran mas atención a lo que hacemos que a lo que decimos, por eso debemos cuidar mucho nuestra conducta y en la medida de lo posible no cosas buenas que parezcan malas. No olivemos llevar siempre como carta de presentación una agradable sonrisa. Si no nos fue tan bien en casa no llevamos ese malestar al trabajo y viceversa, recuerda que puede ser tu sonrisa lo único agradable que alguien vea en el día.
Recordemos que somos los representantes de Dios aquí en la tierra.

Para parecernos y permanecer en Dios no necesariamente tenemos que vivir de rodillas todo el tiempo (aunque eso ayuda y mucho), para parecernos y permanecer en El debemos vivir como el vivió. (2 juan 6 NVI)
En fin vivamos en armonía los unos con los otros; compartiendo penas y alegrías, practicando el amor fraternal, seamos compasivos y humildes. No devolvamos mal por mal, ni insulto por insulto, mas bien bendigamos porque para eso fuimos llamados. Si deseamos amar la vida y gozar de días felices, refrenemos nuestra lengua de hablar el mal y nuestros labios de proferir engaños; apartémonos del mal y hagamos el bien busquemos la paz y sigamos la. (1 Pedro 3:8-11).

Si importa lo que los demás digan de nosotros, pero recordemos que es difícil caerle bien a todos... primeramente luchemos por agradar a Dios para que El nos de de su gracia ante los demás, ya que su palabra dice " Que cuando El aprueba nuestra conducta hasta con nuestros enemigos nos reconcilia. (Proverbios 16:7 NVI).

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