Por si aún no creen
Desde que tengo memoria, sé que Dios existe, pero no fue hasta con el paso de los años que realmente puedo decir que me encontré con El. En mi camino, fue poniendo personas extraordinarias que me enseñaron a conocerlo mejor y, a su vez, llegué a darme cuenta que en él había encontrado con que llenar el vacío que había en mi corazón. Me apasionaba saber y conocer más de Él, era fascinante escuchar a líderes cristianos hablar de las múltiples y extraordinarias cosas que hacia cuando nos acercábamos a Él con un corazón necesitado, pero sincero. Un día hablando con Él le dije: “pa (así le digo) es muy bonito, impresionante e inspirador escuchar las cosas extraordinarias que haces en la vida de las personas pero… no crees qué ya es tiempo de que en mí se den esas maravillosas historias; sé que me falta mucho, ayúdame, por favor, sigue transformando mi vida”. El creer con mi corazón que realmente existía siguió moldeándome...