Por si aún no creen

Desde que tengo memoria, sé que Dios existe, pero no fue hasta con  el paso de los años que realmente puedo decir que me encontré con El. En mi camino, fue poniendo personas extraordinarias que me enseñaron a conocerlo mejor y, a su vez, llegué a darme cuenta que en él había encontrado con que llenar el vacío que había en mi corazón. Me apasionaba saber y conocer más de Él, era fascinante escuchar a líderes cristianos hablar de las  múltiples y extraordinarias cosas que  hacia cuando nos acercábamos a Él  con un corazón necesitado, pero  sincero.
Un día hablando con Él le dije: “pa (así  le digo) es muy bonito, impresionante  e inspirador escuchar   las  cosas extraordinarias que haces en la vida de las personas pero… no crees qué ya es tiempo de que en  mí se den esas maravillosas historias; sé que me falta mucho, ayúdame, por favor, sigue transformando mi vida”.
El creer con mi corazón que realmente existía siguió moldeándome y haciendo de mi una mejor persona y no es que fuera mala, simplemente vivía sin Dios y eso no  podía ser bueno para mí. Me di cuenta  que realmente  me ayudada en lo que le pedía, concedía muchas de mis peticiones, y aunque algunas veces dijo no, y otras simplemente espera, sabía que traía bienestar a mi alma seguir confiando en Él.
Comencé a experimentar milagros   y poco a poco me convertí en una prueba tangible de  todo lo que había escuchado de Él. Era cierto aquello que predicaban!!!!!! Él tenía un hogar en mi corazón, mi vida se había convertido en su casa de habitación y a su vez yo había encontrado un refugio en él. Fue así como  comenzó la más maravillosa historia de amor en la cual he tenido participación estelar.
Conforme ha pasado el tiempo, tomada de su mano, mi vida ha sido extraordinaria. No puedo decir que todo ha sido fácil, he tenido altos y bajos, momentos de mucho dolor y días realmente terribles. Pero  haber decidido confiar en Dios me ha permitido parecerme más a Él. Soy como una palmera,  las tormentas que han venido, no han podido arrancarme del lugar en el cual el Dios me plantó. Algunos me llamaran fanática o débil de la mente y dirán que me dejé manipular por los comerciantes de la fe. Si alguien de los que piensan así  llega a leer esto, déjeme decirle  “no me juzgue”,  más bien  investiguen, pregúntele a Dios de dónde viene la paz y la plenitud que llena todo mi ser; porque, créanme, realmente me considero una persona inmensamente feliz y   sé con toda certeza que  no es producto de la casualidad,  ni  que los planetas estén alineados. A su vez pido perdón por  los que  manipulan la palabra de Dios desde los altares de las iglesias; pido perdón por  las veces que, los que nos decimos cristianos somos un pésimo ejemplo de Cristo. Por favor, los que aun no creen,  no se deje influenciar  por  lo negativo que escuchan  sobre tener una relación con Dios, fórmense su propia opinión.  Ah,  y algo muy importante, Dios no tiene ninguna religión, aunque  así le haya enmarcado Constantino al oficializar el “cristianismo”. Dios es Dios y ama a su creación, incluso a los que aun no creen Él; su  es fuente de amor es inagotable, deberían permitirse conocerlo y no privarse de la mejor experiencia de su vida. 

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