YO SÉ QUE DUELE…
YO SÉ
QUE DUELE…
Sin importar la
forma en que haya ocurrido, yo sé que duele.
Sin importar si fue
anunciado o inesperado, yo sé que duele.
Experto en dolores
me llaman. ¿El Getsemaní te dice algo?
Si me conoces y me
amas debes saber y creer que, TODO obrará para tu
bien aunque hoy no
lo parezca.
He visto tu dolor y
tus lágrimas y he recogido cada una de ellas. Nunca
creas que ante mi
pasas desapercibido. He escuchado tus preguntas por eso
he venido a consolar
tu corazón.
Como primer punto
debes entender que todo lo creado me pertenece, por
lo tanto soy yo
quien decide sobre mi creación, soy el creador del universo no
lo olvides; el
género humano ME PERTENECE, fui yo quien puso en ustedes
el aliento de vida.
Si realmente me
conoces, debes saber que está escrito que “TODA dádiva y
todo don perfecto
desciende de lo alto, del padre de las luces, en el cual no
hay sombra de
variación” (Santiago 1: 17)
Yo soy quien permite
que tengas todo lo que posees, nada de eso te
pertenece. No
olvides que sólo te he nombrado como un administrador.
Todos tus seres
amados están en tu vida porque desde antes de la fundación
del mundo había
decidido que así fuera. Si te preguntas por qué de pronto
un día se van, solo
recuerda que TODOS ellos me pertenecen y que siempre
tuve contemplado el
momento de su partida. La forma o la manera en que se
van no espero que la
entiendas, lo que sí te pido es que confíes en mí. El
cómo y el por qué
lo comprenderás en su momento, hoy nada más ten
presente que esta
vida es un proceso y que la felicidad completa la tendrás
hasta que llegues a
tu verdadero hogar. En esta vida eres un peregrino en
proceso de
constante cambio, mismo que se va dando según el
cumplimiento de mis
estatutos en tu diario caminar.
Por los que han
partido ya nada puedes hacer; honrar su recuerdo esta bien,
pero sin cancelar tu
presente y sin de dejar de descansar en mí. Deja que
sea yo quien poco a
poco vaya sanando tus heridas, pon mucha atención en
esos días oscuros
que tengo mucho que enseñarte a través de este
doloroso pero
necesario proceso.
Honra la vida, no
canceles tus sueños ni los sueños de los demás. Te guste
o no, la vida no se
detiene porque alguien que amas se haya marchado antes que
tu. Ocúpate por
los que aun respiran, disfruta de los que aun tienes a
tu lado, diles
cuanto les amas, has lo que debas hacer para demostrarles
cuanto te importan,
derrocha amor a manos llenas. No juzgues, no culpes, no
señales, no te
atrevas a lanzar juicios que solo a mí me corresponden y que
muchas veces ni
siquiera yo los emito. Disfruta que aun tienes vida y con ella
la esperanza de que
con mi ayuda seguirás realizando tus sueños.
Recuerda que te he
puesto en esta tierra como mis brazos y mis pies; eres
portador de mi amor,
eres mi representante en el lugar que te he colocado,
no me hagas quedar
mal ante aquellos que aún no me conocen y peor aún
con aquellos que
saben que yo dirijo tu vida.
Recuerda que mi amor
por ti es infinito y que no depende de tus buenos o
malos resultados,
sino de mí mismo; no olvides que soy la misma esencia del
amor. Dale a los que
te rodean lo que yo renuevo en ti cada mañana; deja en
mis manos la
justicia, yo pagaré y lo he prometido en mi palabra. Recuerda
que la irrefutable
ley de la siembra y la cosecha sigue vigente; todo aunque
no lo parezca está
bajo mi control, no espero que lo entiendas, más sí que lo
aceptes. Confía en
mí, ya te he dicho que no te abandonaré y que siempre te
sostendré con la
diestra de mi justicia.
No llores más por
los que han partido, recuérdalos pero con alegría; sonríe y
celebra por los que
aún pueden abrazarte, mirarte con agrado, brindarte una
sonrisa y susurrarte
al oído que, al igual que yo, te aman grandemente.
Si pudiéramos
sentarnos en su regazo, seguramente Dios susurraría algo
como esto,
directamente de su corazón al nuestro.
Aleyda
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