El perdòn
Casi siempre caminamos por la vida cargando con algo doloroso que alguien causo en nuestra vida. Probablemente cada vez que vemos o recordamos a esa personas se nos revuelve el estómago al recordar el mal recibido de su parte. El detalle del caso es que los únicos que estamos atados a ese dolor somos nosotros mismos, porque probablemente quien nos lastimo no lo recuerde y vive su vida sin tomarnos en cuenta (incluso algunos ya hayan muerto). Mientras tanto llevamos a cuestas un dolor innecesario (que SOLO nosotros sentimos), el cual cancela nuestra paz interior y nos pone a la defensiva con personas que probablemente puedan ser una bendición para nosotros, ya que por el daño recibido en el pasado nos volvemos desconfiados y calculadores.
El perdón más que un sentimiento es una decisión. Las personas del pasado NO pueden arruinar nuestro presente y cancelar nuestro futuro, a menos que nosotros se los permitamos. Debemos ser seres intencionales y concluir que aunque no lo sintamos D E C I D I M O S perdonar a quien nos lastimo en lo más profundo de nuestro corazón. Es irónico pero cierto, ya que muchas veces nos lastiman quienes se supone más debería amarnos: esposo, esposa, hijos, hermanos, incluso nuestros padres.
Dios me ha llevado a concluir que la vida es demasiado maravillosa para desperdiciarla sufriendo por algo que ya no puedo cambiar. En las páginas de nuestra vida, Dios ha colocado una buena cantidad de hojas en blanco para que con su ayuda dibujemos allí nuestro destino.
También puede pasar que en algunas ocasiones quienes hayamos lastimado seamos nosotros mismos y la culpa por el daño causado no nos deje seguir adelante. Muchas veces a golpe dado no hay quite, y hagamos lo que hagamos nada podrá reparar el daño causado, pero bien podemos ir a ante Dios para alcanzar perdón y sanidad para nuestra alma, y luego pedir perdón a quien hemos lastimado.
Muchos ya hemos hecho eso, pero cabe mencionar que tenemos un enemigo, (el diablo) hay alguien muy interesado en mantenernos atados a una culpa que solo nos hunde y nos priva de una felicidad completa. Ten en cuenta que Dios NO te acusa ni te condena, el único que siempre nos está acusando es el enemigo de nuestra alma.
Dios no pone condiciones para el perdón, si no recordemos al ladrón crucificado a su lado en el Gólgota. Cuantas obras de caridad, ayunos, oraciones, etc. hizo? NINGUNA!!!! Y que fue lo que Cristo le dijo? “te prometo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”. Eso es misericordia, la misma que nos extienda a todos, TODOS los días.
No le permitamos al enemigo que nos condene por nuestro pasado, cuando venga con acusaciones a nuestra mente, saca TU factura la cual detalla que cristo pago por ti aquel día en aquella cruz, allí dice “consumado es” o sea CANCELADO. Si bien hicimos o recibimos mal, Dios sana a los lastimado y perdona a los que lastiman. Perdonemos todo el dolor que nos han causado pero también pidamos perdón por el mal que aun sin querer hemos causado. Recordemos que ofendemos aun con una mirada. Dios nos ha perdonado, así que demos de Gracias lo que por Gracia hemos recibido.
Sin importar quienes hemos sido o de dónde venimos, Dios para nosotros solo tienes planes de bien y no de mal para darnos un futuro y una esperanza. Porque con Dios no importa nuestro origen sino nuestro destino.
El perdón más que un sentimiento es una decisión. Las personas del pasado NO pueden arruinar nuestro presente y cancelar nuestro futuro, a menos que nosotros se los permitamos. Debemos ser seres intencionales y concluir que aunque no lo sintamos D E C I D I M O S perdonar a quien nos lastimo en lo más profundo de nuestro corazón. Es irónico pero cierto, ya que muchas veces nos lastiman quienes se supone más debería amarnos: esposo, esposa, hijos, hermanos, incluso nuestros padres.
Dios me ha llevado a concluir que la vida es demasiado maravillosa para desperdiciarla sufriendo por algo que ya no puedo cambiar. En las páginas de nuestra vida, Dios ha colocado una buena cantidad de hojas en blanco para que con su ayuda dibujemos allí nuestro destino.
También puede pasar que en algunas ocasiones quienes hayamos lastimado seamos nosotros mismos y la culpa por el daño causado no nos deje seguir adelante. Muchas veces a golpe dado no hay quite, y hagamos lo que hagamos nada podrá reparar el daño causado, pero bien podemos ir a ante Dios para alcanzar perdón y sanidad para nuestra alma, y luego pedir perdón a quien hemos lastimado.
Muchos ya hemos hecho eso, pero cabe mencionar que tenemos un enemigo, (el diablo) hay alguien muy interesado en mantenernos atados a una culpa que solo nos hunde y nos priva de una felicidad completa. Ten en cuenta que Dios NO te acusa ni te condena, el único que siempre nos está acusando es el enemigo de nuestra alma.
Dios no pone condiciones para el perdón, si no recordemos al ladrón crucificado a su lado en el Gólgota. Cuantas obras de caridad, ayunos, oraciones, etc. hizo? NINGUNA!!!! Y que fue lo que Cristo le dijo? “te prometo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”. Eso es misericordia, la misma que nos extienda a todos, TODOS los días.
No le permitamos al enemigo que nos condene por nuestro pasado, cuando venga con acusaciones a nuestra mente, saca TU factura la cual detalla que cristo pago por ti aquel día en aquella cruz, allí dice “consumado es” o sea CANCELADO. Si bien hicimos o recibimos mal, Dios sana a los lastimado y perdona a los que lastiman. Perdonemos todo el dolor que nos han causado pero también pidamos perdón por el mal que aun sin querer hemos causado. Recordemos que ofendemos aun con una mirada. Dios nos ha perdonado, así que demos de Gracias lo que por Gracia hemos recibido.
Sin importar quienes hemos sido o de dónde venimos, Dios para nosotros solo tienes planes de bien y no de mal para darnos un futuro y una esperanza. Porque con Dios no importa nuestro origen sino nuestro destino.
Comentarios
Publicar un comentario