Deseo ir por la vida  sembrando y cultivando amor en todos los corazones que Dios ponga en mi camino, adornar el mundo con sonrisas, romper silencios con carcajadas, brindar una mano amiga en todo momento, y prestar mi hombro a quien lo necesite, llorar con quien que llora y celebrar con quien este de fiesta, abandonar el chisme y el juicio cambiándolo por palabras de aliento y consuelo, agregar valor a la vida de otros y ayudar para realizar sus sueños. Deseo no frustrarme por lo que no tengo y vivir celebrando todo lo que ya poseo, considerar bastante todo lo que Dios me ha dado y no dejar que me limiten las pequeñeces.
Deseo siempre recordar el valor que divinamente me fue otorgado, saber que no dejo de ser quien soy porque alguien se vaya o se quede, más bien, reconocer que el valor que Dios me ha dado nadie me lo puede quitar, quizá puedan o no reconocerlo, pero el que lo hagan o dejen de hacer no minimizara mi vida.
Dentro de mí hay algo inmenso, que nada terrenal puede quitarme, un sello indeleble de amor eterno e incondicional, algo que me levanta cuando caigo y me ayuda a seguir cuando ya no puedo más, algo no tangible más si evidente, algo que me llena de alegría y paz en medio del dolor y la tristeza, es una voz que me dice " no temas porque YO soy tu Dios"...Por eso deseo vivir sembrando semillas de amor, para servir y hacerlo con alegría. Dios da el campo y también la semilla, nosotros debemos cuidarlo y presentar la cosecha con acción de gracias ante su altar. Cómo esta tu campo?

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