La mejor decisión es caminar de la mano de Dios.
Tomar en cuenta al Señor en todos
nuestros caminos e intentar día con día vivir haciendo su
voluntad, sirviéndole con alegría y
agradecimiento, no nos hace inmunes al dolor, la tristeza y
las dificultades.
Lo que nos sostiene en medio de todo conflicto,
es saber cómo SU gloria resplandece sobre sus hijos y nos confirma que tomados
de su mano, siempre a SU tiempo, a SU manera y en SU voluntad, obtendremos el
descanso anhelado; y, es por eso que seguimos confiando, descansando en él, y
creyendo en su palabra que dice: “Yo
soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo
imposible para mí?” Jeremías 32:27
Oremos derramando nuestro corazón ante
el trono de su gracia, tomando en cuenta que debemos anhelar que en nuestra
vida siempre prevalezca su perfecta y agradable voluntad,
ya que él es el único que sabe como terminara el partido de nuestra vida.
Algunas veces no entenderemos el por
qué de la voluntad de Dios, y es
allí cuando nos debemos apropiar su palabra. Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas
les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28.
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